lunes, 19 de septiembre de 2011

La producción de bellota en encinas de Los Pedroches











"...no hay otros arboles s non encinas, et por ello le llama el llano de las vellotas, et son mas dulces que cuantas ha en Espanya...."





Cuando le dije a mis allegados que por fin iba a defender la tesis doctoral uno de ellos me hizo una observación en la que no había reparado : "fíjate, a esta tesis se le entiende el título". Y es verdad que en demasiadas ocasiones pecamos de ocultar los resultados de los trabajos bajo una maraña de palabrejas, diseños estadísticos y trenes de cifras. Es por ello, y aprocechando que se aproxima el otoño y la campaña bellotera por tanto, que voy a tratar de resumir en palabras sencillas algunos de los resultados obtenidos en esta tesis por si pudieran resultar de interés.


Como puede verse en la reseña anterior, abordábamos el estudio de la producción, morfología y composición de la bellota en una dehesa de Los Pedroches, y tratábamos de analizar el efecto de la meteorología y la poda de mantenimiento que sobre la encina se realiza en la comarca. En su realización se vieron implicadas 50 encinas que durante seis años nos cedieron parte de su producción y algunos familiares y alumnos de la ETSIAM de Córdoba que colaboraron en cosecharla.



En este trabajo hemos visto que estos 50 árboles presentaban características productivas muy diferentes, lo que nos está hablando de la tremenda diversidad que subyace bajo la aparente homogeneidad del paisaje. Existían árboles muy productores y veceros que soportaban el mayor peso de la producción, y árboles de producciones más moderadas y estables que eran la mayoría. No todas las encinas producían lo mismo ni iban acompasadas por tanto.




El aspecto y forma de las bellotas también difería entre individuos y para un mismo árbol cambiaba a lo largo de los años debido sobre todo a la cuantía de la cosecha (cosechas altas redundaban en frutos más pequeños) y a la meteorología, siendo la sequía un factor que provocaba altísimas reducciones en el tamaño de la bellota.



Hemos visto también que la meteorología tiene un papel fundamental sobre la producción, no sólo durante el otoño, en el que las lluvias tempranas y los octubres atemperados son decisivos para consolidar las cosechas, sino también durante la época de floración y polinización de la encina. Así, durante la primavera la calidez y suavidad de las temperaturas de los meses de marzo y abril afectan de manera positiva a la cosecha de bellotas. Para aquellos árboles más productivos inciden de manera negativa especialmente unas altas temperaturas en verano.





La poda sólo parece afectar al tamaño de la bellota, aumentándolo en los años inmediatamente posteriores a su realización y disminuye la vecería de las cosechas. Tampoco la composición de la bellota es estable dependiendo mucho de la carga productiva del árbol, del individuo en concreto y de la zona de dehesa, lo que inevitablemente repercutirá en la calidad del cerdo que se ceba con esta materia prima.




Como todo trabajo de investigación, al final las respuestas que se dan a los interrogantes iniciales van seguidas de más preguntas, aunque quizás lo importante es empezar a cubrir algunas de las lagunas de conocimiento que existen para un árbol como la encina en el que su lento crecimiento y su vinculación con un sistema extensivo y de baja producción como la dehesa no lo hacen especialmente atractivo para la investigación competitiva.

Mª Dolores Carbonero



"La ciencia se compone de errores, que a su vez son los pasos hacia la verdad" (Julio Verne)