viernes, 26 de agosto de 2011

¿Cambiará Pozoblanco el escudo de la ciudad?

En el caso de que cambie el escudo de la ciudad por el que aparece en la imagen, el paso siguiente debe ser (en buena lógica -aunque esta disciplina no se suele usar mucho-) cambiar también la representación que del mismo hay en la Plaza del Pozo Viejo, alterando así notablemente el aspecto de la misma.
Posible aspecto del nuevo escudo
Aspecto de la Plaza del Pozo Viejo para adecuarla al nuevo escudo
Aunque solo sea por una cuestión de estética no estamos de acuerdo en que se cambie el escudo y, por supuesto, en que se corte la magnífica encina que acompaña a pozo y gallo (cuando no se lo han llevado), pero tenemos que exponer aquí el temor que tenemos de que así ocurra; es más, nos extraña que la pequeña encina que aparece en esa vieja fotografía haya podido llegar al tamaño que tiene en la actualidad.

¿En qué se basa la pregunta que encabeza esta entrada y nuestras extrañezas? Pues en la relación (mala) que desde antiguo mantienen nuestros ediles con los árboles.Parece que a los regidores de Pozoblanco se les habla de árboles y es como si les mentara a Belcebú.
En Pozoblanco, desde hace ya varios años, cada vez que se arregla una calle, una avenida o incluso un parque, supone la merma, cuando no la eliminación, de los árboles presentes. Hace varios años se eliminó, con la oposición de los vecinos, uno de los cuatro tarajes que había en el paseo de La Herradura, aduciendo que estaba enfermo, aunque el corte no demostraba tal circunstancia. Posteriormente se hizo la remodelación total del citado paseo, se eliminaron todos los tarajes y resto de plantas que quedaban y fueron sustituidos por unos bonitos “arbustos” a franjas blancas y verdes que posteriormente también fueron “talados”.
La remodelación del jardín situado al lado del Parque de Educación Vial también sufrió una merma importante en sus efectivos arbóreos cuando se remodeló.
En el paseo de Los Llanos otros cuantos árboles ya muy desarrollados cayeron (eso sí, sustituidos por los muy utilizados actualmente “chupa chups”)
En el arreglo de la calle Mayor, los árboles sucumbieron, lo que dio lugar a una carta de protesta en la prensa de alumnos del IES Los Pedroches, y fueron sustituidos (¿) por maceteros que cumplen la misma función que la hojita de perejil encima de una rodaja de merluza. Todo ello sin contar los árboles aislados que son cortados en algunas calles aduciendo problemas en las viviendas.
Otro “arboricidio” tuvo lugar en la calle Jacinto Benavente, en la que durante el arreglo de la calle se cortaron las moreras y se sutituyeron, de nuevo, por “chupa chups”.
Corta de las moreras en la calle Jacinto Benavente
 En esta ocasión le ha tocado a los árboles que hay cerca de la ermita de San Gregorio, en la calle de su mismo nombre. ¿Motivo? Nosotros no lo sabemos, pero apostamos que de forma extensa y redundante, pero casi seguro que carente de argumentos razonables, se tratará de justificar.
Se acostumbra zanjar la cuestión diciendo que si se cortan árboles también se crean nuevos jardines o se realizan plantaciones. Pero aquí hay una pequeña trampa, ya que los jardines que se están haciendo últimamente obedecen mucho a la moda de los espacios libres. Tienen escasa vegetación y si ésta existe es de tipo arbustivo, anual o de árboles de pequeño porte: en nuestro pueblo hay un auténtica obsesión por la plantación de palmeras y palmitos (muy típicos de nuestra zona, por cierto) Palmeras y palmitos (a pesar de lo caros que son) se adecuan a la perfección a los planes políticos que tienen siempre una perspectiva a corto plazo; si plantas un árbol como un almez, un plátano o un cedro es seguro que en una ni dos legislaturas se van a ver muy bonitos, pero un palmito o una palmera, a pesar de su precio, se rentabiliza casi al momento: se plantan y ya lucen esplendorosos. Y en cuanto a las plantaciones que se pueden hacer fuera del caso urbano desgraciadamente las pérdidas de árboles plantados son notables, bien por falta de cuidados, bien por la escasa idoneidad del terreno o de la planta. Como anécdota podemos destacar que, hace ya varios años, los alumnos de dos institutos de la localidad solicitaron reponer los plantones que se habían pedido en la reforestación que se hizo en el antiguo basurero y escombrera; tras estar varias horas sembrando nuevas plantas (encinas) en los huecos, al día siguiente se permitió la entrada en la parcela de un rebaño de ovejas que dio buena cuenta de lo plantado.
Frente a esta actitud sólo cabe recordar de nuevo, que desarrollo sostenible (de lo que habla la Agenda 21 que hace algún tiempo se elaboró) es hacer compatible el desarrollo (el arreglo) con la conservación (de los árboles); que desarrollo sostenible es sumar (calle arreglada y árboles presentes), mientras que desarrollo a secas no sólo no suma si no que puede y suele restar (calle arreglada pero sin árboles).
De todas formas, la cuestión de los parques y jardines en los pueblos y ciudades parece que entra más dentro de las competencias urbanísticas que de medioambiente y en esas cuestiones urbanísticas ya sabemos lo “competentes” que se muestran los ayuntamientos: en Pozoblanco ejemplos tenemos que han dejado buena muestra de la valía de muchos y donde tienen puestos los intereses algunos.
En fin, que si nosotros fuéramos árboles nos echaríamos a temblar.
Cuando no vayan quedando árboles, ¿le tocará el turno al del escudo de Pozoblanco? ¿Perderá el de GUADAMATILLA sus encinas? ¿Pasará lo mismo con los logotipos de, por ejemplo, Adroches o Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno, que también poseen encinas?
¿Quedará así  nuestro escudo? Lo peor es que además se "irían" las grullas

Tiempo al tiempo.
nlp.